La traducción relacionada a proyectos de construcción y montaje presenta numerosas dificultades, en especial en las terminologías técnicas específicas a cada rubro (construcción, montaje industrial, minería, energía, etc). Sin embargo, a la hora de traducir documentos técnicos sobre proyectos (bases de licitación, documentos de financiamiento, contratos de EPC o EPCM), hay dificultades aún mayores cuando nos encontramos frente a conceptos que no tienen una figura equivalente en el inglés y el españo (o en el sistema legal anglosajón vs el latino). Uno de estos términos es lo que se conoce como Owner’s Engineer, comúnmente traducido como Inspector Técnico de Obras (o ITO) en los países de habla hispana.
El Owner’s Engineer es una figura bastante común en los proyectos de ingeniería y construcción, y surge junto con el auge de los contratos EPC, como respuesta a la creciente necesidad, por parte de los Propietarios de proyectos, de una guía y asesoría especializada en la ejecución de los proyectos.
Es un concepto común en el mundo anglosajón, y países donde está asociado a a una figura legal específica, que no tiene equivalente directo en los países latinos (con sistemas legales basados en códigos civiles, a diferencia del mundo anglosajón). En Latinoamérica, muchas veces se homologa este concepto al de Inspector Técnico de Obras; sin embargo, tienen diferencias muy particulares.
El Owner’s Engineer es un individuo o empresa que funciona como asesor y consultor para el Cliente o Propietario, respecto a todos los aspectos técnicos y financieros relacionados al proyecto, desde su inicio hasta su término. Muchas veces su labor comienza durante las etapas de prediseño y diseño del proyecto, y continúa durante la construcción, montaje, y finalmente comisionamiento y puesta en marcha. Aconseja al Propietario respecto al desarrollo de la ingeniería, para lograr un diseño óptimo y estratégicamente beneficioso. Durante su construcción, se asegura no solamente de que el proyecto esté dentro de los plazos y presupuestos definidos, sino además que cumpla con todos los requerimientos técnicos, legales, medioambientales, financieros y de seguridad; realiza un control general de los costos e inversión, hace un análisis de riesgos, y ayuda a minimizar los riesgos presupuestarios, medioambientales, legales y de “claims”; monitorea la calidad y el apego a los diseños y especificaciones. En muchos casos, tiene la obligación legal de hacer el due-diligence técnico del proyecto en sus distintas etapas. Supervisa, monitorea y asesora de manera estratégica, integral y general el diseño, desarrollo y construcción de los proyectos.
El ITO, por su parte, es también una figura legal, pero con un rol un poco distinto. Su función está ligada específicamente a que la construcción se ejecute de acuerdo a las normas y permisos, y que cumpla a cabalidad las especificaciones técnicas, planos, y proyectos de cálculo, arquitectura y especialidades definidos en los contratos. Realiza la revisión de informes y libro de obras, control de calidad y se encarga de revisar y aprobar los estados de pago durante el proyecto. Su ámbito de acción se acota a los aspectos técnicos y, en menor medida, presupuestarios, de la ejecución del proyecto; en los edificios o construcciones de uso público, es exigido por la ley. Supervisa y monitorea de manera más particular, aspectos específicos de la construcción de un proyecto.
Hasta ahí las similitudes con el Owner’s Engineer; las diferencias, por otro lado, son claras, ya que el ITO: no participa durante la etapa de diseño o desarrollo, ni provee asesoría estratégica o financiera general al propietario. Tampoco realiza un análisis y gestión de riesgos del proyecto, ni el due-diligence técnico del mismo, y no ayuda a coordinar el diseño de ingeniería o evaluación técnico-económica de las alternativas de desarrollo de un proyecto. El término que más se le acerca podría ser el de “technical reviewer” , pero con un estatus legal definido.
En resumen, el OE es una figura con un ámbito más general y estratégico, mientras el ITO es mucho más acotado, con enfoque puramente técnico y relacionado al cumplimiento de parámetros específicos. Si bien ambos términos suelen traducirse, incorrectamente, como sinónimos, su mala utilización puede tener consecuencias importantes en el desarrollo de un proyecto en el extranjero, sobre todo cuando las distintas partes no tienen una clara visión del rol que cumple cada figura y sus implicancias técnicas y legales.
El Owner’s Engineer es una figura bastante común en los proyectos de ingeniería y construcción, y surge junto con el auge de los contratos EPC, como respuesta a la creciente necesidad, por parte de los Propietarios de proyectos, de una guía y asesoría especializada en la ejecución de los proyectos.
Es un concepto común en el mundo anglosajón, y países donde está asociado a a una figura legal específica, que no tiene equivalente directo en los países latinos (con sistemas legales basados en códigos civiles, a diferencia del mundo anglosajón). En Latinoamérica, muchas veces se homologa este concepto al de Inspector Técnico de Obras; sin embargo, tienen diferencias muy particulares.
El Owner’s Engineer es un individuo o empresa que funciona como asesor y consultor para el Cliente o Propietario, respecto a todos los aspectos técnicos y financieros relacionados al proyecto, desde su inicio hasta su término. Muchas veces su labor comienza durante las etapas de prediseño y diseño del proyecto, y continúa durante la construcción, montaje, y finalmente comisionamiento y puesta en marcha. Aconseja al Propietario respecto al desarrollo de la ingeniería, para lograr un diseño óptimo y estratégicamente beneficioso. Durante su construcción, se asegura no solamente de que el proyecto esté dentro de los plazos y presupuestos definidos, sino además que cumpla con todos los requerimientos técnicos, legales, medioambientales, financieros y de seguridad; realiza un control general de los costos e inversión, hace un análisis de riesgos, y ayuda a minimizar los riesgos presupuestarios, medioambientales, legales y de “claims”; monitorea la calidad y el apego a los diseños y especificaciones. En muchos casos, tiene la obligación legal de hacer el due-diligence técnico del proyecto en sus distintas etapas. Supervisa, monitorea y asesora de manera estratégica, integral y general el diseño, desarrollo y construcción de los proyectos.
El ITO, por su parte, es también una figura legal, pero con un rol un poco distinto. Su función está ligada específicamente a que la construcción se ejecute de acuerdo a las normas y permisos, y que cumpla a cabalidad las especificaciones técnicas, planos, y proyectos de cálculo, arquitectura y especialidades definidos en los contratos. Realiza la revisión de informes y libro de obras, control de calidad y se encarga de revisar y aprobar los estados de pago durante el proyecto. Su ámbito de acción se acota a los aspectos técnicos y, en menor medida, presupuestarios, de la ejecución del proyecto; en los edificios o construcciones de uso público, es exigido por la ley. Supervisa y monitorea de manera más particular, aspectos específicos de la construcción de un proyecto.
Hasta ahí las similitudes con el Owner’s Engineer; las diferencias, por otro lado, son claras, ya que el ITO: no participa durante la etapa de diseño o desarrollo, ni provee asesoría estratégica o financiera general al propietario. Tampoco realiza un análisis y gestión de riesgos del proyecto, ni el due-diligence técnico del mismo, y no ayuda a coordinar el diseño de ingeniería o evaluación técnico-económica de las alternativas de desarrollo de un proyecto. El término que más se le acerca podría ser el de “technical reviewer” , pero con un estatus legal definido.
En resumen, el OE es una figura con un ámbito más general y estratégico, mientras el ITO es mucho más acotado, con enfoque puramente técnico y relacionado al cumplimiento de parámetros específicos. Si bien ambos términos suelen traducirse, incorrectamente, como sinónimos, su mala utilización puede tener consecuencias importantes en el desarrollo de un proyecto en el extranjero, sobre todo cuando las distintas partes no tienen una clara visión del rol que cumple cada figura y sus implicancias técnicas y legales.
“El contenido de este artículo es de propiedad exclusiva de Key Translations Limitada. Queda expresamente prohibida la publicación, retransmisión, distribución, venta, edición y cualquier otro uso de su contenido (Incluyendo, pero no limitado a, texto, fotografías, marcas, videos y logotipos).”